viernes, 17 de julio de 2009

La historia de Vatel



Hacía ocho años que Vatel era contrôleur général de la Bouche del Gran Condé, es decir, el chef y encargado del aprovisionamiento y cuanto tuviera que ver con las comidas.
El 21 de abril de 1671 el Príncipe de Condé invitó al rey y a toda la corte a un fastuoso banquete en su residencia del Château de Chantilly. Las fiestas iban a durar tres días con sus tres noches.
De lo que allí ocurrió tenemos el valioso relato que nos ha dejado la marquesa de Sévigné en una de sus famosas cartas
París, domingo 26 de abril de 1671
Se sirvió la cena. En algunas mesas no había asado, porque había algunos invitados más de los esperados. Esto afectó a Vatel; dijo varias veces:
—He perdido el honor; esto es una desgracia que no puedo soportar.
Le dijo a Gourville:
—Me da vueltas la cabeza, llevo doce noches sin dormir. Ayudadme a dar las órdenes.
Gourville le ayudó lo mejor que pudo. El asado que faltaba, no en la mesa del rey, sino en la 25 y 26, volvía una y otra vez a su mente. El Príncipe fue a su habitación y le dijo:
—Vatel, todo va bien, nunca ha habido nada tan maravilloso como la cena del rey.
Vatel respondió:
—Señor, vuestra amabilidad para conmigo es grande. Sé que faltó el asado en dos de las mesas.
—Pero eso no es nada —dijo el príncipe—, no os preocupéis más por ello, todo va bien.
Cayó la noche. Fallaron los fuegos artificiales a causa de una niebla que lo cubría todo; habían costado 1600 francos. A las 4 de la mañana Vatel estaba por todas partes, pero encontraba a todo el mundo dormido. Se tropezó con un pequeño proveedor que le trajo solamente dos cargamentos de pescado. Vatel le preguntó:
—¿Es eso todo?
—Sí, señor.
No sabía que Vatel había encargado en todos los puertos. Vatel esperó un rato. El resto de los proveedores no llegó. Le ardía la cabeza, pensó que no dispondría de más pescado. Encontró a Gourville y le dijo:
—Señor, no sobreviviré a esta desgracia. Tengo honor y una reputación que perder.
Gourville se rió de él. Vatel subió a su habitación, puso su espada contra la puerta y se atravesó con ella el corazón, pero eso fue sólo a la tercera puñalada, pues las dos primeras no fueron fatales: cayó muerto. Sin embargo, el pescado comenzó a llegar de todas partes. Buscaron a Vatel para distribuirlo; fueron a su habitación, empezaron a aporrear la puerta, la derribaron; lo encontraron ahogado en su sangre. Corrieron hacia el príncipe, que estaba desesperado. El duque lloraba; había venido desde Borgoña sólo por Vatel. El Príncipe le dijo al rey con gran tristeza:
—Dicen que fue a causa de su orgullo.

El legado:
El legado gastronómico de la época de Vatel ha quedado escrito en las páginas de la historia. Como ejemplo podemos mencionar la creatividad estética, mediante asombrosas presentaciones con fuego, agua y hielo compitiendo con refinados sabores, aromas y colores. El extraordinario y suave volumen de la famosa Crema Chantilly. La Mantequilla Colbert (mantequilla maître d'hotel con glace de carne). El Lenguado Colbert (Juan Bautista Colbert fue consejero y ministro de finanzas). El Arroz Condé (pastel de arroz moldeado) y el Puré Condé (Puré de fréjoles rojos).

Gerard Depardieu interpretó a Vatel en su pelicula

1 comentario:

Anónimo dijo...

bueno esto el legado que dejo vatel para los q estudian lo que la gastronomia ya el inspira alos gardes chef que saben de el ya que el muestra lo que significa la creatividad y la forma de presentar un buft y la elegancia y la armonia de trabajo en grupo tanto cocineros como meseros